Cremas hay tantas como pinceladas de imaginación en la cocina, siendo tan fáciles de preparar que admiten cualquier ingrediente, siempre y cuando usemos el sentido común. Daros una vuelta por el mercado y os daréis cuenta que el invierno no es tan aburrido en la huerta como mucha gente piensa.
Si os paráis un poco a leer esta receta, veréis que es diferente a otras que existen y sienta tan bien para estos días de frío invernal que no dejaréis de tomarla. Indicada para los amantes de los vegetales, como yo! porque ya se sabe que cuanto mas verduras comamos, nuestro cuerpo con el tiempo lo va a agradecer a tope!
Ingredientes:
1 patata grande o 2 medianas, peladas y cortadas en cuartos
1 nabo, pelado y cortado en cuartos
1 puerro mediano, cortado a lo largo y picado toscamente
1/2 cebolla, picada irregular
1 diente de ajo, pelado y laminado
1 tallito de apio, picado
Aceite de oliva
Sal y pimienta negra recién molida
1 vaso de caldo vegetal o agua, templado
1 rebanada de pan del día anterior, cortada en dados pequeños
Un pellizco de tomillo seco
Elaboración:
Calentamos primero en una cazuela grande un buen chorro de aceite de oliva y salteamos la cebolla junto al puerro y el diente de ajo laminado. Cuando pasen unos minutos, veremos que comienza a tomar color, pues añadimos el resto de la verdura, salpimentamos y tapamos la cazuela con su tapa para que las verduras se doren ligeramente. Con esto conseguimos que los azúcares salgan, haciendo que las verduras se vuelvan dulces y suaves de sabor. Vigilamos constantemente para evitar que se quemen y removemos de vez en cuando.
Pasado un ratito es cuando tendremos que regar con el caldo o el agua y dejar que se termine de cocinar hasta que las patatas estén tiernas. Luego le pasamos la batidora de mano y molemos hasta conseguir una crema bien fina. Si nos ha quedado demasiado espesa, añadimos un poco mas de agua y si es al contrario, dejaremos a fuego unos minutos para que espese. Retiramos del fuego y dejamos a un lado.
Mientras tanto, en una sartén pequeña echamos un buen chorreón de aceite de oliva y en cuanto esté bien caliente incorporamos el tomillo y el pan removiendo hasta que se dore y quede crujiente.
Servimos la crema en cuencos individuales y por encima los picatostes o croûtons al tomillo, ya veréis que delicia!
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